¡Hola, maja!
Desde que no se puede compartir cuenta de Netflix, nos sentimos más solas que nunca. Ni siquiera el Halftime Show de Rihanna ha conseguido motivarnos.
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Lo mejor del show fue la intérprete de signos, sin duda.
Menos mal que en España tenemos a los hermanos Muñoz. Nos haríamos cuenta individual de Netflix para ver todas las temporadas de lo de estos dos con Évole, pedos y críticas gastronómicas incluidas.
Pero ahora, a lo importante, a las cosas de chicas.
Las cosas de chica de Lucía:
¡Hola, Maja!
Espero que esta newsletter finds you well. ¡Por aquí todo genial! Te escribo porque últimamente veo muchos vídeos sobre cómo escribimos emails las chicas 💅🎀💌 Se basan en que procuramos ser mucho más simpáticas: usamos exclamaciones (!!), emojis 😊 y suavizamos nuestros mensajes con expresiones como "CREO (solo creo) que QUIZÁ se te haya olvidado adjuntar el documento". Los hombres no. Los hombres escriben así:
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Confirm the data, primer aviso.
Más allá del meme, te traigo los facts. Hay un estudio de 2006 que analizó las interacciones de mujeres y hombres en una lista de discusión electrónica (whatever that means) para concluir que el 73 % de las exclamaciones habían sido escritas por ellas. También pertenecían a autoras la mayoría de mensajes categorizados como “friendly" 🤝 La investigadora dice que estos resultados son coherentes con otros estudios en los que se observa que el estilo del discurso femenino online se caracteriza por su “supportiveness”, que incluye cosas tan básicas como dar las gracias y utilizar “expresiones de aprecio”.
En las conclusiones se cita otro estudio de lenguaje y género, que decía que el uso que hacemos las mujeres de los signos de puntuación como interrogaciones u otros solía interpretarse como símbolo de debilidad. Y es esto último lo que analizan la mayoría de los artículos sobre “los emails de chicas”. En este vídeo, la fundadora de una gran inmobiliaria confiesa que cuando recibe un email de una mujer con muchas exclamaciones, asume que es una persona insegura y que no sabe comunicarse muy allá (lo mejor del vídeo es el principio, cuando obligan a tres ejecutivas a leer sus emails en voz alta 😱😱 horror).
No es la única hater de las exclamaciones. Elena Ferrante tiene un capítulo dedicado a ellas en ‘La invención ocasional’ en el que dice: “Huelen a bastón de mando, a obelisco pretencioso, a exhibición fálica”. Pero yo creo que no es así como las utilizamos en los emails de trabajo. No hay nada menos fálico que un “¡espero que hayas podido disfrutar de estos días de descanso!”. En los emails de trabajo se usan para parecer amigables, ¡transmitir entusiasmo! ¡felicidad! ¡alegría!
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Detrás de la percepción de las exclamaciones como expresiones amistosas o de informalidad hay toda una historia. Judith Tiral se remonta al 1360 y a los punctus exclamativus para explicarla (aquí en versión TikTok para vagas), pero todo se resume en que las mujeres –y quizá algún millennial– lo hacemos para parecer majas y no sonar bordes… Básicamente para agradar. ¡Otra vez!
De esta necesidad de agradar habla también el último artículo de Anna Pacheco (cómo no), en el que habla de esa cita de First Dates que seguro que habéis visto. En ella, el espécimen que veis en la foto de abajo intenta retar a una médica con preguntas sobre medicina para acabar con un condescendiente “muy bien, ¿ehhh?”. Luisa no se deja impresionar, pero todas (muchas) hemos sido esa chavala que se queda sin palabras (¡ni exclamaciones!) buscando la forma de no defraudar al otro.
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La cara de Luisa tras la peor cita de su vida. Haz click para conocer su versión detallada de la cita: fue peor de lo que se mostró.
Yo la verdad es que escribo muchos emails y en todos ellos intento ser maja (¡las Majas!). No sé si es por inseguridad, el mandato patriarcal de intentar agradar a todo el mundo todo el rato o si simplemente es que tengo automatizada la fórmula del “¡espero que todo genial!”. Pensándolo bien, esos son los emails que también prefiero recibir. Un email amable siempre es mejor, ¿no?
¡Seguimos!
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Recursos para chicas que escriben emails:
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Las cosas de chica de Clara:
Mi chapa que te cuento hoy, Maja, surge de navegar al azar por Internet sin objetivo fijo (ya avisamos que nosotras escribíamos siempre en defensa de Internet). Eso estaba haciendo yo hasta que llegué a un documental inglés del 2003 que me tuvo entretenida unos días: Boys and Girls Alone.
La mecánica del documental es la siguiente: introducir durante una semana en una casa sin supervisión adulta a diez niños de 11-12 años por un lado y hacer lo mismo con diez niñas por otro. En la casa tienen comida, juguetes y todo lo esencial para sobrevivir. Cosas a saber: hay un equipo de cámaras que solo pueden intervenir en caso de peligro y un equipo de psicólogos que solo intervienen si los niños o niñas lo piden. En este vídeo de Youtube tienes la parte de los niños y aquí la de las niñas. Pero no hace falta que la veas porque te la voy a contar.
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Las niñas en la casa contando historias. Qué angelitos parecen. Puedes hacer clic para comprobar los chillidos que sus gargantas son capaces de expulsar.
El documental la verdad es que es bastante malo, muy Y2K como dirían los Gen Z, con un narrador directamente contratado de La 2, pero salen cosas muy interesantes. La primera, la que te estás imaginando: hay diferencias entre los niños y las niñas. Y no es que ellas sean unas santas: se enfadan, se hacen llorar, se encierran en el baño, vuelven loco a un gato que pasa por allí… pero también se perdonan, se abrazan, se escuchan, se organizan, cocinan y se sientan a comer a la mesa. Se entretienen con pases de modelos, maquillándose, dibujando flores en la pared, con pistolas de agua y saltando en trampolín.
Lo de los niños… lo de los niños es otro tema. Tienen muchas cosas en común con ellas, como no parar de comer chuches en todo el día, pero a medida que avanzan los días se ve la realidad. Y la realidad, como bien supones, es 'El señor de las moscas'.
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Estas son algunas fotos de las mejores comidas de ambas casas. La de los niños escandaliza al narrador: “todos han completado un curso de una semana de cocina, aunque cualquiera lo diría”.
La debacle de la casa de los niños empieza con un intento de limpieza el segundo día, pero todo da tanto asco que se rinden. Es entonces cuando comienzan las hostilidades: la mayoría intenta que limpie Sim, un chaval tranquilo y que el segundo día ya es el target de los bullies. Sim termina fregando durante más de una hora mientras el resto siguen jugando. El tercer día deciden hacer una comida juntos, pero el problema es dónde se sienta cada uno, pues se ha creado una jerarquía de poder clarísima. Para ese día la atmósfera es super agresiva: han destrozado todo y se han dividido en dos habitaciones entre peleas con insultos homófobos. La psiquiatra interviene a petición de los niños, y les dice que colaboren todos en grupo; la única vez que el cámara interviene es para salvar la vida a un erizo al que estaban intentando capturar a palos.
Mi momento favorito es cuando los niños se meten en una piscina hinchable y el narrador dice “ha pasado la mitad de la estancia y este es el momento más cercano que tendrán de una ducha o cambiarse la ropa”.
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Fotograma de El Señor de las Moscas, la de 1963. Este entrañable niño que a su llegada a la isla desierta dice que no es un salvaje acaba asesinando a otro en un delirio. Así que un poco savage sí que es.
Te comentaba lo de 'El señor de las moscas' porque parece una broma pero jeje. Igual que en la novela, los niños en su primera noche en la casa eligen un líder, que apunta las quejas de todos. A lo largo de los días, la autoridad que ellos mismos le otorgan se va desvaneciendo a medida que los conflictos se van haciendo tan grandes que sus propias normas no pueden sostenerla.
Estos días he estado hablando con ChatGPT (te informo de que he descubierto su truco) sobre el paralelismo entre 'El señor de las moscas' y este documental. También quise que me dijera cómo creía que podría ser la estancia de niños españoles en esa casa, y me dio a entender que tal vez serían menos degenerados. Pero cuando le escribí “España 1 Inglaterra 0” me dijo que no fuera tan simplista, que no se pueden comparar dos culturas como si fueran un partido de fútbol. La verdad es que lo de “we’re not savages, we’re Spanish” yo tampoco lo tengo muy claro.
Por cierto, dos cosas más. He leído que Luca Guadagnino va a rodar una nueva adaptación de 'El señor de las moscas' (ojalá Timothée Chalamet no parezca demasiado mayor para entonces... jaja no). Y la otra, por si tenías dudas, es que las criaturas salieron de la casa sanas y salvos. Sus padres no tanto, escandalizados con el comportamiento de sus hijos.
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Maja, miscelánea para chicas y chicos:
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He llegado a la conclusión de que Dropbox es una empresa que se dedica, básicamente, a cambiar las condiciones de servicio y de privacidad. Me escriben cada veinte minutos para decírmelo.
A. (@MrFanshawe)
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Bueno Maja, después de esto nos vamos a twitter a poner memes de Sam Va Lentín. Como diría Sorogoyen, ¡nos lo hemos ganao!
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